por Carlos R. Curiel
Viajé por este mundo escudriñando un lugar que sintiera mío. A veces parecía que lo había hallado y luego debía continuar mi camino, buscando, buscando…
Veía paisajes, situaciones y personas. Cuanto más veía más aprendía.
434
Fui como el río,
cambiando de lecho
y de morada.
Anduve por el mundo tras las verdades y el asombro me asedió por todas partes.
Desde siempre sentí gran curiosidad y voluntad de aprender lo fundamental de las realidades de la vida. Busqué imágenes, escuché voces de gurúes y leí a los hombres sabios. Llegué a conclusiones acertadas, pues la verdad se transparenta y coincide en mil encrucijadas.
458
Camino solo
dentro de mi memoria
La tierra rota.
Llevó tiempo comprender que estamos en este mundo para cumplir una misión posible e importante. El ego es enemigo que engaña. Debemos observarlo sin seguir sus consejos equivocados.
466
De tanto sembrar y escribir,
a veces florece una rosa.
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