viernes, 30 de diciembre de 2011

Balance de fin de año

Esa mañana, nadie hubiera pensado que el jefe se presentaría tan temprano. El siempre venía al mediodía. Ese lluvioso 31 de diciembre, no parecía propicio para madrugar, a menos que hubiera sucedido algo grave o acaso, que algún personaje de la oficina de Nueva York, estuviera de visita.
Todos nos miramos perplejos, también podría ser una auditoria de las que suelen hacer sin aviso previo y justo a fin de año, cuando cerramos el balance, una vez hecho el inventario, con el riesgo de no llegar a casa a tiempo para festejar.
Martínez, el más viejo en la empresa y el más atrevido del grupo, nos miró con aire de suficiencia, se levantó y golpeó la puerta del jefe, para preguntarle, sin anestesia. El jefe lo hizo pasar y cerró la puerta.
Al rato apareció refunfuñando, pero sin comentarios. Recogió un par de cuadros de su familia, vació los cajones y dejó libre su escritorio. Puso todo sin cuidado, dentro de una bolsa grande de polietileno negra que llevó hasta la salida, nos miró a todos angustiado y susurró un obligado “adiós” ronco como despedida.
Nadie se atrevió a preguntarle qué pasaba. Sabíamos que las cámaras nos estaban grabando, así que hicimos como si no pasara nada, pero quedamos muy preocupados, con una presión en el pecho o un nudo en la garganta, según comentamos semanas después.
Rodríguez fue el primero en levantarse para ir al baño muy apurado. Lo siguió Vignoli casi en seguida.
Juan y yo nos quedamos quietos, como si no pasara nada. A la hora del café, salimos a preguntarle a Manuel, el chofer del jefe, que siempre estaba al tanto de todo, pero no quiso responder, nos pidió que no lo comprometiéramos. También ahí había cámaras de video.
Tendríamos que llamar a Martínez a ver si nos contaba lo que pasaba. Su celular estaba “apagado o fuera del área de cobertura”, luego a su casa, no había llegado todavía y no quisimos inquietar a la señora, que de todos modos pareció muy preocupada, como si hubiera intuido alguna cosa.
Volvimos a la oficina y estaban todos trabajando como si nada, pero había tensión en el ambiente. Justo antes de que sonara el timbre anunciando el fin de la jornada, se acercó la secretaria del jefe al escritorio de Rodríguez, que era el delegado sindical y estuvieron susurrando muy preocupados durante un par de minutos. Luego Rodríguez siguió a la secretaria a la oficina del jefe y cerraron la puerta.
Sonó el timbre y había que irse, sin aguinaldo, ni sueldo, ni la canasta de fin de año, ni el acostumbrado sobre de regalo que daban para esa fecha. Todos nos miramos y salimos afuera. Había que llamar a Martínez. No fue necesario, Manuel nos dijo que nunca llegó a su casa, tuvo un horrible accidente con su automóvil y falleció antes de llegar al hospital, apenas media hora después de haber salido de la oficina.
Luego, Rodríguez apareció en la puerta para avisarnos que nos iban a despedir a todos. Había llegado la orden tan temida de Nueva York la noche anterior, los gringos retiraban la empresa del mercado, aduciendo que daba pérdidas. Dijo que nos harían la liquidación la semana entrante, que no nos inquietáramos, que nos llamarían muy pronto. Ese año nuevo, en nuestras casas, no hubo pan dulce ni festejos.

Un aniversario distinto


Rayos y truenos, como a mí me gusta, se desató la tormenta sobre el pequeño bosque y la casa. Allá entre montañas nunca se escuchan truenos, acá es distinto, las montañas están lejos y los truenos se escuchan perfectamente. El techo de la casa guarecido entre añosos árboles, resiste cualquier cosa y ahora, el agua baja en cascada sobre el parque, empapando árboles, plantas y flores. Unos gatos refugiados bajo el alero del desván miran con sus faroles entre las sombras de la noche cerrada.
El aguacero se apaciguó. Ahora es una lluvia más leve. Ella llegará en media hora, en su camioneta azul. Ya hace once horas que no la veo. Se escucha un perro aullando a lo lejos. Voy a preparar algo para comer. La esperaré con algo caliente. El hogar está prendido permanentemente. En este invierno el frío ha sido crudo pero no tanto como otros años. En la casa se está bien. Escucho que un auto llega, pero no es el de ella, suena distinto. Tocan a la puerta.
Son dos tipos de mala estampa. Quieren usar el teléfono. Es una estratagema antigua, ahora todos tienen celulares... Mi excusa es que no encuentro las llaves y llamo al 911. Los tipos se van a regañadientes, luego voltean la puerta con su camión y entran a la casa pidiendo dinero. Me golpean, el teléfono descolgado denuncia lo que pasa a la policia del 911. Dos minutos después hay dos patrullas a la entrada. También llega mi mujer. Los tipos intentan huir pero son atrapados. Ahora tenemos que arreglar la puerta de entrada y se quemó la comida. Queda un policía en la puerta de casa.
Ella y yo vamos a cenar afuera. Valiente aniversario! Hay que disfrutarlo!

jueves, 29 de diciembre de 2011

Vuela el tiempo... y qué!?


El tiempo vuela... y siempre hay tanto que hacer! Empezamos trabajando duro el lunes y llega el viernes sin que logremos terminar lo propuesto, sintiéndonos culpables el fin de semana.
Entonces, se dijo nuestro amigo, optemos por no exigirnos tanto para la próxima semana. Basta con hacer una lista enumerada según las prioridades, pero sin fecha obligatoria. Haremos lo que sea posible, sin arrepentimientos. Así pensaba recordando las viejas enseñanzas de su maestro de wu-shu[1].
En estas cavilaciones estaba, cuando recibió el llamado de su socio que no entendía razones y lo apuraba constantemente. Nuestro amigo optó por terminar la sociedad y seguir por su cuenta.
Para empezar, haría una travesía por las montañas cercanas, para encontrar la paz y alegría tan añoradas.
Aprontó su mochila, una pequeña carpa, los elementos para pesca y caza liviana y algunos alimentos no perecederos y a la mañana siguiente muy temprano, enfiló con su camioneta hacia la cumbre. A la hora, llegó a un lugar entre árboles, donde dejó el móvil y siguió a pié. Ascendió el resto del día. Al oscurecer, buscó un lugar adecuado y acampó cerca del río que bajaba de la montaña, que para esa época ya iba perdiendo parte de su caudal inicial y sus aguas realmente parecían cantar entre las rocas. Era una zona boscosa. La fauna era rica y podía cazar y pescar moderadamente en esa época del año. Con parte de los alimentos que había llevado y un par de truchas recién pescadas, se despachó una deliciosa cena y se puso a descansar. Desayunó unas frutas con té frío y luego se sentó a meditar sobre una roca grande en el medio del río, hasta que el sol le dio en el rostro. Levantó campamento y siguió escalando hacia la cima. El espectáculo desde el lado norte de la montaña era tan espectacular, que quedó asombrado. Aunque estaba ventoso, se dispuso a dibujar y pintar lo que veía. Más adelante encontró un refugio, una cueva con abrigo y literas. Un monje que allí se encontraba, compartió su té caliente con especias (canela, jengibre y cardamomo) y él aportó unas galletas marineras y carne seca de ciervo. Durmió toda la noche y temprano en la madrugada, siguió trepando, esta parte era más abrupta y difícil, tuvo que usar clavos y cuerdas, acompañado de otro escalador que lo acompañó gustoso. Hicieron cima al mediodía. El espectáculo desde allá arriba, era alucinante, aunque algunas amenazadoras nubes bajas no les permitían ver el valle por completo. Ya estaba lloviendo. Plantaron su banderín y bajaron sin demora, se venía la tormenta. Antes de llegar al refugio, encontraron un cervatillo con una pata herida y lo recogieron para asistirlo. Dieron cuenta de un jarro de vino caliente y algunas vituallas. Entablillaron al herido y descansaron. Sí, se puede decir que nuestro amigo, ya estaba sumergido en el cambio. Encararía luego el trabajo con más paz y sabiduría.


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[1] Wu-shu. Artes marciales chinas

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Una decisión irrevocable

Aún era noche, recién los primeros albores se divisaban muy lejos, a la distancia.
No llevaba abrigo. El rudo frío del invierno tardío le calaba los huesos. Hasta las hojas tiritaban.
Llegó al paso nivel y se detuvo, justo sobre las vías. Movió la llave del motor, que tembló hasta extinguirse, confirmando la irrevocable decisión.
Robles y pinos frondosos, únicos testigos del drama, lo escudriñaban asombrados, sin agitar sus ramas que tal vez, podrían alertar a alguien que intentara salvarlo. Un silencio absoluto lo rodeaba. Esperó y esperó aguzando los oídos.
De pronto, allá muy lejos escuchó la sirena. No había duda, por fin se acercaba. Larga y lastimera escuchaba la queja, pero aún no vislumbraba nada.
El hombre dio un suspiro largo y se encogió de hombros, se frotó las manos vigorosamente para vencer el frío. Miró a los lados. De dónde vendría? Parece que de la derecha... Limpió el vidrio empañado por la escarcha con su mano helada, para ver mejor.
¿Sería un tren de carga, un rápido a Flores, a esta hora, ya bien pasadas las seis de la madrugada, seguramente estaría lleno de pasajeros! ¿Gritarían espantados al verle achatado entre los hierros retorcidos de su Taunus azul?
Otra vez sintió el aullido de la formación y ahora sí, no había duda, venía del Oeste, de Moreno a Capital. Sin sospechar nada, tomó la curva precipitadamente y en la oscuridad, apenas vio un bulto sobre las vías, como a cien metros…
El que esperaba, al mismo tiempo, vio la sombra de la locomotora con su estampa imponente, que giraba rápidamente. Era un diesel nuevito, de esos de dos pisos y ahora sí, sus faros mostraron claramente el sedán, encegueciendo momentáneamente al suicida.
Al verlo parado justo en frente, sobre las vías, el maquinista comenzó a pitar como loco, sabía que no podría frenar a tiempo y menos en la curva, de lo contrario, provocaría un descarrilamiento y un accidente mucho mayor. Debía frenar despacio y aguantar todo lo que vendría. Ya no podría llegar temprano a casa, justo en víspera de Año Nuevo…
Por un momento interminable ambos se vieron las caras, una de espanto, la otra, de alivio. Luego el horrible estruendo, un prolongado chirrido de arrastre, la tremenda opresión en el pecho y las piernas grotescamente retorcidas sobre su cara y nada más. Murió en seguida.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Tú eres mi poesía.

Tu eres poesía...
En mis besos, en mis caricias,
en mis retinas...
Tú eres poesía
En el ave que vuela al horizonte
en el cielo que la cobija
estás tú siempre presente
tu beso me emociona
y mil versos vuelan de mi pluma
tu mirada me enloquece
me das alegrías
dulzuras que me estremecen
pájaros con tu voz
alegorías de pasión...
Tú eres mi poesía,
eres mi Isabel
me haces soñar
me das vida
amor
poesía.

jueves, 10 de noviembre de 2011

once del once del once 11-11-11

Dónde y con quién estarás hoy?
Compartirás esta luna llena con alguien que quieres mucho de verdad?
Hoy tenemos una noche y un día muy especiales...
No los desperdicies!
Llena estos momentos con mucho amor!
Construye momentos dignos de recordar!

Suave la guitarra...

Suave la guitarra nos lleva,
a una ilusión ancestral.
Saltan y bailan comparsas
danzas de misterio y amor.
Todos los colores compiten
en el desfile emocional.
Un corso vital nos enlaza
con serpentinas de pasión.
Suave, Isabel me llama
con ojos de asombro y valor.
La abrazo con cuerpo y alma
y empezamos a entonar.
Sus besos me despiertan perplejo,
a esta dulce realidad!

viernes, 4 de noviembre de 2011

El 2012 se viene con todo!

Siempre hubo que amar intensamente, perdonarse y perdonar y meditar diariamente. Ahora, en esta nueva era que se siente a flor de piel, debemos practicar estas acciones con más razón que nunca.
Recordar nuestras fallas y sanarlas, reconocer nuestros errores y hacer todo lo necesario para corregirlos o evitarlos con amor y comprensión.
Las sincronicidades se están dando más que nunca y hasta yo estoy sintiendo los embates de las energías en mi cuerpo y alma, que me dan fuerza y ánimo para ir en pos de mis ideales con amor puro y vital.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Gracias Isa!

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Isabel es mi gran amor por el resto de mi vida!  
Ella es maravillosa y la quiero con toda el alma!

jueves, 20 de octubre de 2011

miércoles, 19 de octubre de 2011

PANDORA, LA CAJA Y LO DE ADENTRO!

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Es bueno ver que funciona el plan de vida, cuando mantenemos la esperanza intacta: elegimos el destino, determinamos la ruta y zarpamos con decisión!


Tuvimos un "fracaso" --dura palabra-- y la dimos vuelta, la cambiamos por un vocablo positivo, lo llamamos  "aprendizaje" y en realidad, sí que fue un duro aprendizaje!


Surcamos los mares de la vida igual que un barco, ya que para ello fuimos hechos... el barco, para navegar, nosotros, para amar y vivir intensamente.


Cuando el puerto anterior resultó hostil, partimos al siguiente sin demora, poniendo nuestro máximo esfuerzo y la mejor disposición, rogando obtener el mejor resultado... 


Hoy, habiendo transcurrido apenas unos pocos meses y gracias a todas las fuerzas celestiales, que nos fueron propicias, estamos agradecidos con lo que vamos logrando y nuestro corazón está rebozante!


Brindemos por la vida y por el amor!
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lunes, 26 de septiembre de 2011

La naturaleza humana - Las comparaciones

Vivimos comparando y sintiendo de acuerdo a esas mismas comparaciones... citando a mi nuevo amigo Abel Camps Palacios, excelente psicólogo terapeuta:"...no es novedad, la mujer siempre ha sido un misterio para el varón. Pero que no haya pánico. El varón también es un misterio para la mujer.Los chinos preparaban el baño (antes, no sé ahora), llenando una cuba con agua fría, y prendiendo fuego debajo. ¡Y se metían en el agua fría! El placer era esperar que se fuera calentando. Con el matrimonio hacían lo mismo. Las familias de chicos y chicas núbiles salían a buscar entre sus conocidos algún candidato/a adecuado para el propio. Una vez que ubicaban uno, se reunían las familias y discutían los términos de la boda. Por último, los novios eran presentados ¡el día de la boda!, confiando que el agua se iría calentando de a poquito. Dicen que había muy pocos fracasos matrimoniales.Adecuando las cosas a nuestro país y nuestra época, la idea sería no esperar a estar locamente enamorado, para meternos con una mujer. La pasión nubla el seso y no nos deja razonar. Busquemos una mujer potable y buena persona y empecemos una relación con afecto y dedicación mutua. La cama siempre anda bien, porque tiene cuatro patas. Si todo va bien, el amor se irá afianzando. Si no, la separación no dolerá tanto. Pero, como decía Bernard Shaw, no deseemos al prójimo lo que nos gustaría para nosotros, porque puede ser que al prójimo no le convenga. Yo siempre, por mi misma índole, he hecho de esa manera, y siempre me ha ido bien. Pero no sé si a vos te sirve la idea . Y yo le respondía mis propias elucubraciones, porque sus consejos son sabios:"...porque la otra noche, al volver de un encuentro amoroso a las dos de la mañana, chupé frío esperando el 168 en Villa Crespo. Estaba recontento y no me importó resfriarme, esa noche pude dormir como nunca en mucho tiempo, me parecia que la había encontrado, tenía mucha paz... y a la mañana siguiente, el péndulo había cambiado la posición y ella me dejó... no sé por qué... Te decía que tan saturado estoy de estos fracasos, que hacer un alto e interrumpir la búsqueda, sin citas a ciegas... ahora me parece un gran alivio. Ahora prefiero estar solo... vamos a ver cuánto me dura...Esto de las comparaciones, me hace acordar a la historia de un aldeano que se quejaba de lo apretada que estaba su familia con todos los animales que ya no cabían en el rancho y va a consultar al cura del pueblo quien le propone que reciba a una víctima de inundación con su familia, cabras, gallinas, etc, todos adentro del rancho... y a la próxima semana lo vuelva a ver. Imaginate la frustración del pobre tipo... pero respetuoso, cumple con el consejo...A la semana siguiente, le indica que ya deje ir al visitante.. y ahí el hombre se siente tan aliviado que ya no le pesa su propia familia y animales.Vivimos comparando nuestros estados...

lunes, 19 de septiembre de 2011

Adiós, soledad!

Hace tanto que no duermo!
La soledad se ha recostado sobre mi cama.
La veo cuando me hago el dormido
cada noche y al despuntar el alba.
Espero que alguien a la que quiero
la suplantará muy pronto una mañana!

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Haiku de fin de Invierno.

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Voló al olvido,
en alas del vendaval,
con el invierno.


Asombrosamente
rasgan capullos de luz
mil mariposas.

Frío silencioso.
Previo al amanecer,
canta el zorzal.

Al despertar,
un sueño vuela roto
por la ventana.

Qué blanca luna,
pálida cual tu rostro,
en la distancia.

Brotes de azahar
sonríen asombrados.
Las aves saludan.

Acunada suspira,
en el brote más nuevo,
la Primavera.

Temblando de frío,
en un charco del bosque,
la luna llena.

Paso a paso,
dibuja la arena.
Caracol creador.

Rumor de lluvia
sobre tejas ardientes.
Noche de amor.

Cálidamente
se desmorona la tarde.
Sube la marea.

Ventana abierta
de mi corazón contrito.
Puerta cerrada.

Luna opípara
de amores ajenos
dónde está el mío?

miércoles, 2 de marzo de 2011

Haiku de Café

Verde verano.
Aroma de café.
Jardín de casa.