martes, 16 de julio de 2013

O T O Ñ O

Sucedió de a poco, aunque ahora nos parece que pasó volando y quedamos con ganas de más de lo mejor, de haber logrado mayores éxitos, de no haber metido la pata tantas veces (aunque, ¿cómo habríamos entendido sin equivocarnos?)

Quedamos presos de nuestras fantasías. Habríamos querido amar más profundamente, con más pasión, haber aprendido mejor, haber perdonado mucho más… haber sabido compartir a pleno mucho antes, tomado más helados, viajado, atravesado más bosques, con sol o con lluvia, no importa, desnudos, descalzos, habernos bañado en más playas, haber tenido más contacto con lo verde y la natura… haber comprendido antes lo bueno y lo malo que no supimos ver!

Ahora querríamos quedar ahítos de dulzuras y placeres que no tuvimos y ya no hay tiempo… o no hay medios! Vemos todo tan hermoso y a la vez, está acotado, ensombrecido por complicaciones.

Cuanto más vemos, más deseamos, como hipocondríacos del placer, todo resulta más hermoso y asimismo, inaccesible!

¡Cuánto arte, cuánta música, cuánta belleza, cuántas delicias podríamos absorber con todos nuestros sentidos en el tiempo que nos queda? ¡Cuántas asignaturas pendientes! ¿Cómo podríamos conformarnos?

Llega el postrer amor algo tarde y queremos desbordarlo… aunque bien sabemos que eso, debe degustarse muy despacio!

¿Cuánto más lograremos disfrutar antes de que la parca maldita nos dé caza?


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