domingo, 22 de abril de 2007

ALUCINACIONES BERMEJAS

mm
Mientras dormía sobre la hierba,
garuó y escampó.


Ahora la brisa refresca
la campiña reluciente
con mil tonos que menguan,
a medida que el sol
se enfunda en el ocaso.

Aún oigo el eco de la música
de mis sueños.

Aquel querubín ceniciento
que batía sus alas
avivando el fuego,
desapareció.

Los tiernos amores
con aquella bermeja pecosa
de los ojos esmeraldas,
dejó sabor a almendras,
fragancias de fruta madura
y caricias de terciopelo índigo.

Los senos empinados de la noche,
han invadido el firmamento.
Sólo un lucero y tres estrellas
compiten con ellos.

Los oídos de las sombras,
no escuchan los lamentos
de mis desencuentros.

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