Nieve
silenciosa, inesperada y ubicua, apareces dueña absoluta del bosque agradecido.
Te imito sin
lograr tu sigilo, caminando despacio para que nada despierte, con respeto me
asombro de tanta hermosura inmaculada a mi alrededor y agradezco
este sorprendente sentimiento de pertenencia: íntimo privilegio de estar aquí.