Aún caen las hojas de otoño llegando el invierno, las arrastro
al caminar y sigo mi paseo hasta que el frío cala mis huesos y retrocedo, busco
abrigo en el hogar… monto la bicicleta fija para entrar en calor y pienso en
los queridos que tengo en Bariloche y Montevideo… ellos también sienten frío y
se calientan en sus hogares… hoy pude hablarles, aunque fuera por unos
minutos pudimos intercambiar el calor de nuestros sentimientos y en esos
efímeros instantes, parecía que la distancia y el tiempo no existieran…
La tarde transcurre entre películas, Internet música,
charlas, juegos, medialunas y café y el domingo se eclipsa como por arte de
magia.
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