viernes, 10 de febrero de 2012

DÓNDE?

--Sueño o estoy despierto?... este lugar me resulta muy extraño… esa gentuza que ocupa las celdas contiguas visten todos una especie de pijamas color gris claro… oh… como el que yo también tengo puesto… no tienen nada que ver conmigo. Estoy sujeto a una silla de ruedas... ¿Qué hago acá, dónde estoy?
--Extrema contrariedad… Qué es esto? Un hospital? Debe ser un lugar para corregir adicciones, eso debe ser, yo sé que tengo que dejar el alcohol y algunas drogas sociales, habituales, nada del otro mundo, no es la primera vez que mi familia me obliga, con promesas primero y con amenazas después, para que venga a recuperarme a uno de estos sitios.
--No sé por qué todos hablan en alemán acá, yo lo recuerdo un poco, porque mis abuelos lo hablaban. ¿No hay nadie acá que hable como en mis pagos, en Argentina, por lo menos? Todos hablan alemán, que apenas comprendo… y no parecen amigables. Oh, me estoy volviendo a dormir, qué sueño tan pesado!zzz
--Oh! El viejo jardín de la casa de campo de mi niñez, la casa de mis abuelos, qué hago acá sentado? Estoy en una silla de ruedas en el jardín de flores y árboles frutales, el aroma de los jazmines y los azahares, me recuerda mi infancia, en casa de mis abuelos… Esto es muy raro, debo estar soñando! No puede ser! Oh, acá se acercan ellos, sonriendo al verme, pero no son amigables, nunca me cayeron bien y vienen mascullando en alemán, están contrariados, apenas entiendo lo que dicen, mejor no les hablo, quiero ver qué dicen ellos primero, yo creía que estaban muertos hace décadas y sin embargo lucen muy jóvenes! No entiendo nada!
--Hola Adolf, cuánto mejor te ves hoy, saluda a Oma, vamos! Soy tu abuela! Ya no me quieres?.. la Oma se va a poner triste! –insistió la mujer.
--Déjalo, quién sabe con qué lo doparon hoy… hay que dejar que se recupere, para poder terminar de una vez con el mismo tratamiento que nos hicieron a nosotros, parece que ahora lo mejoraron bastante, vamos, déjalo tranquilo, vayamos a almorzar! –apuntó el abuelo.
--Tratamiento? Qué tratamiento? Qué es esto? Donde estoy? Mis abuelos recibieron el mismo tratamiento que me van a hacer a mí? Ellos también hablan en alemán todo el tiempo... Estaré en Alemania? Qué pasa? Alguien podría explicarme qué está pasando aquí? Tengo un agujero en el estómago, quisiera tomar un whisky con hielo o por lo menos una cerveza bien fría… un gin & tonic o una Fernet con Coca-Cola. Iré a la cocina, uno de los meseros, está leyendo el diario, es el Frankfurter Allgemeine, así que no es broma, seguramente estamos en Frankfurt! Otra vez me ataca el sueño, quiero resistir y no puedo, mis manos no se mueven, no puedo ir a ningún lado, alguien se acordará de mí? Qué sueño irresistible tengo! zzzz.
--Estoy en una cama atado, no me puedo mover, escucho que me nombran, alguien viene a verme… me haré el dormido, a ver si dicen algo para que pueda entender qué está pasando acá conmigo… adónde estoy y para qué!? Otra vez, mi abuelo habla en alemán, ahora con un médico. Creo haber estado hablando con este médico, tiene cara de maldito, creo que me hipnotizó, lo recuerdo moviendo un péndulo sobre mi cara.
--Entonces, Ud. cree, doctor, que podrá resistir el tratamiento como nosotros? Porque mi nieto se ve algo más débil que mi hijo y él no lo pudo aguantar. Es imprescindible que alguien de la familia complete el círculo! –exigió el abuelo.
--Mire, Herr Heinz, estamos siguiendo las fórmulas que fueron utilizadas con su padre de Ud y con Ud mismo, creemos que si los resultados con su nieto continúan así, vamos a lograrlo. Quédese tranquilo! Ahora, mejor no lo despertemos, dejémoslo descansar, ha tenido que soportar esfuerzos grandes, le hemos grabado todos los recuerdos necesarios, a fin de conformar su pasado convenientemente, de acuerdo a los requerimientos que Ud. mismo impuso, esperemos que soporte el resto del proceso normalmente. Esta noche a las 21hs comenzaremos la penúltima fase, con la homologación al ser superior y el pasaje de todas las virtudes genéticas más puras, a las suyas de Ud. con el rejuvenecimiento resultante, para ello deberán estar presentes Ud. y su esposa, con por lo menos ocho horas de ayuno, por supuesto. –dijo el médico.
--Ah, sí, ya lo sabemos. Ya descubrieron por qué falló la última vez con el hijo del Director Hauser? Dicen que casi lo mató! No quiero que fracase otra vez con mi nieto y nos quedemos sin posibilidades de sobrevivir otros treinta años, con este asunto no se juega! –advirtió el abuelo.
--Sí, entiendo su preocupación, pero como Ud. ya sabe, hemos estado experimentado desde hace doce años, con chimpancés, orangutanes, cerdos y también con seres de segunda, de las minorías de siempre y ya todo funciona mucho mejor, con solo un 1,5% de posibilidades de error, solo hay que seguir las indicaciones al pie de la letra y no habrá problemas, quédese tranquilo, Herr Heinz! –confirmó el facultativo.
--¿Cuántas veces más podremos usar la médula de mi nieto, antes de que muera? –preguntó Herr Heinz.
--Aproximadamente una o dos veces más, dependiendo de su estado, por supuesto. Claro que si lo hiciéramos cada cinco años, èl también podría vivir prácticamente para siempre, como Ud. y su esposa. –Indicó el médico.
--Bueno, bueno, pero nosotros queremos asegurarnos por lo menos unos sesenta años más y luego, con el tiempo se verá. Si mi nieto resiste, bien, y si no, paciencia! –dijo perturbado Heinz.
--Qué están haciendo conmigo? Me tengo que escapar, menos mal que desde anteayer no tomo las pastillas y me mantengo despierto, tengo que escapar hoy, después de la cena, sin falta.
Ya cené, todo parecía correcto, no había ningún gusto raro en la comida, otra vez escondí las píldoras en el bolsillo del saco pijama. Ahora voy a rodar en la silla suavemente, espero que no chirríe... para pasar desapercibido, iré hacia el jardín y me esconderé entre las plantas donde escondí mi ropa y allí me cambiaré, con tan solo una camisa y un pantalón normales, pasaré desapercibido. Debo deshacerme de este pijama ridículo. Estamos en verano, hoy la máxima fue de 30º C y esta noche hace unos 23º C.Suerte que el mesero era tan torpe que ni se enteró que yo no era un médico, bastó con robar un saco blanco del perchero, ponerme un estetoscopio alrededor del cuello y robar descaradamente un par de manzanas, para que me revelara sin desconfianza alguna, lo que necesitaba saber.
Tengo que correr hacia el pueblo y subir al tren de la una de la mañana, son solamente doce estaciones hasta llegar a Frankfurt, apenas unos 30 o 35 minutos, a esa hora no para en todas. El muñeco que hice con la almohada despistará al enfermero, creerá que me fui a dormir temprano.
Ya estoy en el jardín, esconderé la silla de ruedas entre los matorrales, allí pasará desapercibida. Ahora, a correr, ya salí de ese manicomio… Voy por las sombras…
--Oh, adónde estoy, es un área abierta del hospital, los ventanales están totalmente cubiertos con pesadas cortinas color arena. Solo estoy yo y una serie de aparatos que nunca había visto antes, a mi alrededor, estoy otra vez atado a la camilla, hay un olor muy fuerte a amoníaco, qué es ese ruido? Echaron a andar las máquinas… siento que me ahogo, me desmayo, gira mi vida entera en un torbellino, no recuerdo nada… quién soy? Dónde estoy?

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