y la luna virgen,
escoltan mi sueño al azul,
con la paloma de la canción.
Raudos llegan a tu jardín,
al desplegar sus capullos,
con la paloma de la canción.
Raudos llegan a tu jardín,
al desplegar sus capullos,
cual prístinas mariposas,
las níveas flores de luna,
de aroma sutil y vida breve…
Entonces,
mi alma besa tu alma,
y allí permanece,
y allí permanece,
custodiando tu noche sin mí.
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