Siempre hubo que amar intensamente, perdonarse y perdonar y meditar diariamente. Ahora, en esta nueva era que se siente a flor de piel, debemos practicar estas acciones con más razón que nunca.
Recordar nuestras fallas y sanarlas, reconocer nuestros errores y hacer todo lo necesario para corregirlos o evitarlos con amor y comprensión.
Las sincronicidades se están dando más que nunca y hasta yo estoy sintiendo los embates de las energías en mi cuerpo y alma, que me dan fuerza y ánimo para ir en pos de mis ideales con amor puro y vital.
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