miércoles, 26 de diciembre de 2012

La brisa del atardecer 
y la luna virgen,
escoltan mi sueño al azul, 
con la paloma de la canción. 
Raudos llegan a tu jardín, 
al desplegar sus capullos,
cual prístinas mariposas,
las níveas flores de luna,
de aroma sutil y vida breve… 
Entonces,
mi alma besa tu alma, 
y allí permanece,
custodiando tu noche sin mí.