martes, 31 de enero de 2012

YO SIN VOS...AMADA MÍA!!!

Soy un cuento sin contar
Barrilete sin piolín
Tango sin música ni poesía
Soy playa sin mar
Cantante sin canción
Cama vacía
Rosario sin cuentas ni cruz
Cuenco sin arroz
Hogar sin fuego
Cuerda sin violín
Todo eso soy,
yo, sin vos... amada mía!

lunes, 30 de enero de 2012

Mi noche sin vos

Triste noche sin vos
monólogo callado
fuente seca
silencio obligado
bosque sin árbol
jardin sin flor
higuera sin fruto
amante solo
pluma sin tinta
poesía sin palabras
silencio sin canción
otra noche más sin vos!
payaso sin risa
espera absurda
amante insomne
guitarra en el ropero
canto sin voz
bote sin remos
tormenta sin espectador
marco sin imagen
foto sin luz
caminante sin pies
arbol sin ramas
cuántas noches sin vos!
lienzo en blanco
pincel guardado
arbol sin nido
nido sin pájaro
hombre sin mujer
planta estéril
obra sin actor
joven sin alegría
cómo vivir sin vos!?

VIDA DESPUES DE LA VIDA

Soñaba un dolor en el costado y me desvanecía, pareció que moría y me hundía muy rápido en un embudo interminable, sin poderme detener, hasta un espacio oscuro, donde volaba mi alma sin cuerpo, hasta un jardín rodeado de árboles frutales y plantas con flores. A lo lejos, se divisaban otros espacios distintos y bastaba querer para aparecer en cualquiera de ellos de inmediato. Uno tenía flores gigantescas blancas y azules, otro tenía manzanas de distintos colores, elegía una azul y sabía deliciosa. En otro jardín, había duraznos, damascos, peras y uvas.
Cuando me harté de frutas, recordé que mi cuerpo había quedado en la cama y sin embargo, bastaba pensar en algo y ya lo disfrutaba sin impedimento alguno.
–Esto debe ser el paraíso –me dije entusiasmado. En ese momento, escuché una risa suave y me desperté con sabor a frutas en la boca y sensación de saciedad, como si realmente hubiera comido aquellas fantásticas frutas, lo cual no dejó de extrañarme bastante. El dolor del costado ya no se sentía casi.
Llovía profusamente. Era una tormenta eléctrica del otoño tardío, que pronto cesó.
Me quedé algo inquieto y me costó mucho volver a conciliar el sueño. A la mañana, desayuné liviano, solo una manzana y fui a trabajar normalmente. Cuando llegó la hora de dormir, recordando el sueño de la noche anterior, me sentí algo temeroso, la idea de morir era algo prematura, sin embargo, pude conciliar el sueño sin despertar en toda la noche… la duda que me quedó fue con respecto a esa risa previa al momento de despertar, quién reía?
Pasé mucho tiempo durmiendo normal y casi sin sueños o por lo menos, ninguno que pudiera recordar.
Cambié mi dieta, para el caso que realmente sufriera algún problema cardiaco, pero no fui al médico.
Olvidé el episodio y unas semanas más tarde, tuve que viajar al Interior por negocios y en el hotel, me encontré con dos amigos médicos, que habían venido a un congreso de cardiología que tenía lugar allí y estuve viendo la agenda de charlas. Había una sesión programada para la tarde siguiente, que me llamó la atención. Trataba de casos de “Vida, después de la vida”: Gente que había muerto científicamente y que relataban una vivencia semejante a la que yo había tenido y luego revivían. Al conocer mi interés, me invitaron a presenciarla.
Después de la exposición, les conté detalladamente lo que me había sucedido hacía ya un mes y ellos no descartaron que fuera posible, que yo pudiera haber sufrido un episodio parecido, si hubiera tenido un ataque relativamente tan leve que mi corazón reaccionara luego favorablemente, sin asistencia exterior.
Ahí mismo, en el hotel, me auscultaron e hicieron un E.C.G. y les pareció que estaba bien. Así que no volví a pensar en el asunto por mucho tiempo.
Una tarde de lluvia, después de un atracón de comida en casa de amigos, el siguiente invierno, volví a sentir un dolor, esta vez fue en el brazo izquierdo y cuando se extendió al pecho, me asusté mucho. Llamé a Ricardo, mi médico de cabecera, que era buen cardiólogo y me mandó la ambulancia. Estuve bajo observación y durante las primeras 24 hs no notaron nada. La primera noche, nervioso, no pude dormir, al otro día me dieron el alta, sin haber encontrado síntomas de cuidado y me quedé en casa tranquilo durante ese fin de semana, sin hacer gran cosa. Fui a caminar solo para sacar al perro dos veces al día y me olvidé del asunto.
Esa noche me descompuse otra vez, pero esta vez ya no volví. Ahora casi no camino, más bien vuelo, como mucha fruta, que no tiene gusanos y está toda siempre a punto, ni verde, ni demasiado madura y lo bueno es que puedo comer toda la que quiero, o no comer nada e igual me siento muy bien todo el tiempo, ya que las almas no engordan ni sufren de mal alguno.
Casi todos los días juego de número diez al futbol y siempre meto todos lo goles, nadie me gana. Cuando lo hago de golero, atajo todas. Soy bueno en todos los deportes.
Tengo una novia con alas que toca el arpa y canta como un ángel. Qué más se puede pedir?

EL CAMBIO YA !

Ambos se encontraron en el tren y comenzaron a conversar como si se hubieran conocido hacía mucho tiempo. El joven, era de Boston, Massachussets, de Nueva Inglaterra, en EEUU y la chica, era del sur, muy al sur, era de Argentina, de una ciudad junto a un gran lago, entre montañas, Bariloche, en la Provincia de Río Negro.
Conversaban acerca de sus estudios y sus planes para las vacaciones. Ella se llamaba Cora y el muchacho Duke. Hablaron largo rato y pasaron las horas, decidieron no dormir en sus camarotes y quedaron charlando en el comedor del tren. Pidieron unos muffins con frutas y nueces y tomaron té en abundancia. Nadie sabe cómo de pronto quedaron dormidos sentados uno contra el otro y así los encontró la mañana, llegando a Washington, D.C. El padre de Duke era un importante empleado de gobierno y la madre de ella, era vice-cónsul de Argentina en D.C.
Se despidieron los chicos, intercambiando direcciones, al tiempo que sus padres los encontraron, caminaron juntos los cuatro, hasta el estacionamiento y allí los automóviles tomaron direcciones opuestas.
Pasó el tiempo, pero no pasó para ellos ni un día en que no pensaran el uno en el otro.
Una noche de invierno, Duke tuvo que pasar por la Terminal de trenes y decidió llamar a Cora en ese momento. Quedaron en encontrarse para Navidad en la casa de Cora, ya que el padre de Duke y su madre estaban de viaje por Australia, adonde visitaban a su otra hija y demás parientes. Cortaron el teléfono y sucedió algo por demás extraño, se vieron juntos y mudos de asombro, se tomaron de las manos, mirándose muy fijo a los ojos, luego se abrazaron, preguntándose al mismo tiempo qué estaba sucediendo. Ya no se encontraban adonde se originó la llamada telefónica, estaban en una especie de nave hermética, sin puertas ni ventanas, absolutamente silenciosa. Luego de recorrerla observando cada centímetro cuadrado de su superficie, suelo, paredes combadas y techo curvo, no encontraron ni una abertura ni costura de soldadura, ni cerradura, ni botón que oprimir, ni nada. No parecía de metal ni de plástico, ni de ningún material conocido. Quisieron sentarse y apareció un cómodo asiento sin saber cómo. Ellos mudos y asustados no cruzaron palabras hasta que Duke miró su reloj pulsera y vio con mayor asombro que las agujas corrían velozmente y en el calendario del mismo, la fecha era la de un mes y 5 días anterior a la del día de la llamada. Finalmente, todo terminó en aquella misma Terminal de trenes, en aquella fecha donde se habían despedido. Ahora sus padres no estaban presentes. Decidieron llamarlos y les dijeron que el padre de Duke había perecido en un accidente automovilístico, tres horas antes, camino de la Terminal. El auto de la madre de Cora estaba destrozado y ella desaparecida.
Fueron a la Capilla de la Terminal y apenas conteniendo su emoción, le contaron todo al Padre que allí estaba.
Este no era un presbítero común y parecía que ya sabía todo lo que estaban pasando, sabía del múltiple accidente de la carretera y de varios muertos y heridos víctimas de algún error insospechado.
El cura les dijo que ya sabía que habían quedado solos y que la madre de Cora estaba aún con vida. Debían ir a verla urgentemente al hospital de la Terminal y que luego volvieran a verlo.
Corrieron al hospital justo a tiempo para alentar a la vice-cónsul que iba a quirófano para reparar un pulmón y dos costillas rotas.
De vuelta con el cura, éste les refirió que no eran personas ordinarias, como tal vez ya lo hubieran sospechado en algunos momentos. Ellos estaban llamados a realizar decisiones importantes para los suyos, que influirían en toda la humanidad. Lo mismo que les sucedía a ellos, le ocurría a miles de personas en el mundo entero, se sentían diferentes, más preocupados por todo lo que le ocurría al Universo y al planeta. Trataban por todos los medios de concienciar a todos los que los rodeaban, de los problemas ambientales, del hambre de África, Asia y tantos otros sitios, de las guerras fratricidas en distintas partes del mundo y se sentían impotentes ante tanta insensibilidad de aquellas personas que realmente podrían hacer algún cambio para mejorar cada situación.
Había un plan para cambiar lo que se podía cambiar. Estaban facultados para viajar en el tiempo, y aprender en minutos lo que a otros les tomaba décadas. Debían prepararse para salvar al mundo. Solo tenían que seguir el plan, que recibirían extrasensorialmente. Contaban con la nave para transportarse a cualquier época y lugar y realizar todo lo necesario para mejorar las situaciones. Había ya varias parejas que estaban siendo aleccionados como ellos en cien partes del mundo y pronto se sentirían perfectamente comunicadas con ellas telepáticamente, no precisaban otra forma de comunicación para acordar al unísono lo que más convenía al grupo, sin menoscabo de sus intrusiones en el pasado que inteligentemente sabrían evitar cualquier cambio que distorsionara el futuro inmediato o mediato. Lo único que necesitaban para tener todo el coraje y el entusiasmo necesarios para enfrentar tan duro reto, era la fuerza del amor de cada pareja y de todos, por el equipo internacional y por la humanidad en su totalidad.
Manos a la obra, empezá a participar ya. Si haces lo que te parece más adecuado, muy pronto estarás conectado con el resto del equipo. Buena Suerte!

domingo, 29 de enero de 2012

SUEÑO DE CARNAVAL

Omar, el escultor, se levantó muy entusiasmado, aquella mañana de principios de enero y marchó con el camión hacia las canteras.

Es por todos sabido, que en Brasil, donde se desarrolla esta acción, una enorme cantidad de personas vive preparándose todo el año para el tiempo de Carnaval. Y Omar, tenía el fuerte presentimiento, de que esta ocasión iba   a ser extraordinaria.
Al atravesar el pueblo, hacia los yacimientos,  se asombró de ver tanta gente practicando los desfiles de Carnaval.  En medio de gran alegría bullanguera, se escuchaban entremezcladas, las nuevas canciones y las de los viejos tiempos.
Apenas vio los enormes bloques de granito negro azulado, estuvo convencido que, bien pulido, quedaría estupendo.
Eligió la fracción más pura del mejor de ellos y la hizo cargar en su camión.
Tenía sueños recurrentes, en los que veía un hombre moreno alto, que cantaba y tocaba el tambor. Le cautivaba ese ritmo africano que llevaba en su propia sangre y quería corporizar la imagen de su retina, en la gran piedra, para compartirla en esas fiestas.
Al ver algunas fotos viejas, se dio cuenta de inmediato, que el personaje de sus sueños, no era otro que su propio abuelo Shadi, padre de Yamila, su madre.
Aquella lejana noche, hacía cuarenta años, durante el funeral del anciano, que pasó de un sueño al otro, Lucila,  la adivinadora del pueblo, había profetizado que el alma  del viejo se encarnaría en su nieto, nacido a la misma hora.
En el taller había otras esculturas, que serían entregadas para la apertura del carnaval. El decía que la del tamborilero era solo para darse un gusto, sin embargo, se dio cuenta que era una misión impostergable!
Veía al alegre personaje, de tamaño real, cantando y danzando, batiendo el parche africano, como lo había visto en sueños y ensueños durante las últimas semanas.
Aplicados a la pared principal de su estudio, había dibujos con perspectivas bien delineadas, de la que sería su obra. El tamborilero le miraba con una sonrisa que parecía decirle: “—Y, gurí, ¿cuándo empezamos?”
Apenas fue depositada la negra roca pesadamente en el centro del taller, donde confluía la luz de los tres ventanales, comenzó muy emocionado, a quitarle golpe a golpe lo que le sobraba, a fin de descubrir al tamborilero escondido allí.
Omar quería exhibir la pieza en el jardín del frente de su casa, a tiempo para la inauguración del gran festejo,   que coincidía con la fecha de su cumpleaños. 
A medida que la obra iba tomando forma, seguía averiguando acerca del viejo Shadi ("cantor", en árabe).            Su madre, le mostró el tamboril preferido del abuelo, para que lo copiara. Entonces, comenzó a ejercitarse con  el instrumento, tal como lo veía en sus sueños, escuchando los mismos tambores y tonadas africanas, en el viejo fonógrafo de la familia.
Cuanto más hondo calaba el cincel y el granito iba tomando poco a poco, la forma del abuelo, Omar sentía           un asombro y frenesí inusitados, al sentir en su propio cuerpo una metamorfosis asombrosa y temible: el mismo se iba pareciendo cada vez mas a su abuelo, con su entusiasmo, alegría, cabello ensortijado, nariz roma, labios gruesos y pómulos salientes.
Al principio, Yamila no daba crédito a sus sentidos y pensó que imaginaba locuras. Sin embargo, a medida que pasaban las horas, se hacía más evidente la inusitada transformación  También su voz era más grave y cantaba las canciones de Shadi en portugués y otras en su dialecto africano, aunque nadie se las había enseñado!
Esa última semana previa al carnaval, hubo tormentas eléctricas que dieron un marco atemorizante a la escena de esa mutación ya ineludible. 
Una vez perfectamente pulida la pieza, reflejaba destellos índigos mágicos a su alrededor. Con extremo cuidado, la colocaron en el jardín, al frente de la casa, al ponerse el sol.
Entonces, cuando los acordes de una vieja canción de carnaval invadieron el ambiente y la primera comparsa irrumpía en la escena con gran algarabía inaugurando la fiesta, el abuelo, en medio de un estruendo que lanzó pedruscos negros por todos lados, se desprendió de la piedra… y en carne y hueso, comenzó a bailar rítmicamente, uniéndose a la comparsa.
Al unísono, naturalmente, el nieto petrificado, ocupó el lugar vacante en la negra roca.

viernes, 27 de enero de 2012

V I O L E T A S P A R A V I V I R

Subía la montaña pensando en sus tribulaciones y de pronto en una grada de la escalada, apareció un bosquecillo de violetas frescas. Sintió que se iluminaba su perspectiva del momento y en seguida redactó un haiku, para recordar que de cien situaciones que nos preocupan, en noventa y nueve no sucede nada malo y que Tao siempre nos acompaña.
.
.
tribulaciones
subiendo hacia el pueblo.
violetas mil.


Cuando por fin llegó a la casa, su esposa tenía en el hornillo encendido, té caliente con especias para confortar el espíritu, un cuenco de arroz con pollo frito y huevos de codorniz, que revitalizó el cuerpo y todo pareció solucionado, nada puede ser mejor que estar en el hogar.
Después de una noche tibia y tranquila, despertó con nuevos bríos y alegre ánimo. Salió muy temprano a pescar truchas del río que baja la montaña. Cambió algunas con su primo, por una bolsa de arroz integral, arrancó zanahorias, papas, cebollas de verdeo, apio, ajo, perejil y manzanas dulces de su pequeña quinta y recogió huevos del gallinero. Volvió luego a casa para preparar un excelente almuerzo.
Después de comer liviano, durmió una corta siesta y se levantó tranquilo. Dio de comer a los animales y revisó las trampas para zorros y otros depredadores. Reparó unas tejas del techo, pues se venía la época de lluvias y luego adiestró al cachorro nuevo durante una hora.
Pasada la media noche, su esposa le avisó que ya había llegado el momento tan esperado y solamente tres horas después, le mostró a su primogénito, muy serio, arrugado y bastante callado, casi ni lloró al nacer. El padre lo levantó hacia el cielo, mostrándoselo a la Madre Tierra y a todo el Universo, nombrándolo “Servidor de la Luz”, como su finado padre, a quien había honrado y aún admiraba profundamente. Emocionado, trajo la cuna de bambú que había estado construyendo la semana anterior y acomodó al recién nacido entre almohadones de plumones de eider, que obtuvo de algunos nidos, en la costa.
Y recordó sus preocupaciones de la víspera, cuando escalaba la montaña y divisó el bosquecillo de violetas que le dio tanta paz. Vio que ciertamente no había razones para inquietarse.
Solo hay que vivir.

jueves, 26 de enero de 2012

Duendes del Sur. (Cuento fantástico)

El viejo John ya estaba lento, algo ciego y sordo, entonces Rosh, el duende que habitaba en su casa fue cobrando confianza. A veces comía de su propio plato sin que aquel lo notara.
A Rosh le encantaba la torta negra que Doña Alice, la hermana de John, le horneaba de vez en cuando. Ella la escondía bajo llave, en un bargueño labrado, que sus abuelos, habían traído de Gales en el barco, junto con otros muebles de roble, hacía ciento cincuenta años.
Alice estaba segura que los duendes habían venido con sus abuelos y que jamás se irían, porque eran celtas fanáticos y no se adaptaban a costumbres distintas. Conocía sus malos hábitos de esconder las cosas y a veces, volverlas a su lugar luego. También parecían invisibles, se sabían esconder, pero no podían evitar reírse o dar pequeños gritos cuando la gente grande los buscaba, generalmente estaban de buen humor y solía escuchárseles cantar en las noches de luna de verano o insultar en medio de una tormenta.
El enano se quedaba escondido, montando guardia hasta que John degustaba el manjar, porque a veces, se olvidaba de esconderlo de nuevo en el bargueño y el gordo geniecillo, silenciosamente, se despachaba a gusto.
Rosh se había tenido que mantener célibe desde que embarcó a América, tuvo una novia en el viaje, pero ella se quedó con toda su familia en otro pueblo grande, un gran puerto llamado Santa María de los Buenos Ayres. Y luego hicieron una larguísima travesía en carretas de bueyes, hasta que llegaron a la hermosa región donde ahora está ubicado el pueblo de Gaiman, en el Chubut.
La que había sido su compañera en Gales, no había querido subir a la nave que iba a América, tenía pavor al mar y a los barcos y no quería separarse de sus padres y demás parientes. Las elfas de Chubut –que eran muy escasas- estaban todas casadas. Por eso, para no seguir quedando solo, el solitario Rosh, soñaba con la hermosa marioneta rubia, de ojos celestes y labios rojos, que tenía Alice y cuando podía, se la robaba, pero después le daba miedo, porque Alice se ponía a buscarla desesperada y aunque nunca había visto al duende, le gritaba que lo iba a encontrar y hervir en aceite. Entonces Rosh, con sumo cuidado, la devolvía a su lugar.
Una prima lejana de Rosh, que sabía realizar encantos y brujerías especiales, podría darle vida a la muñeca, para que el elfo pudiera por fin, tener otra vez una compañera, pero su prima no le hacía caso, porque ese tipo de hechizos le daba muchísimo trabajo. Debía concentrarse durante más de una semana de ayuno, sin poder dormir y terminaba con un fuerte dolor de cabeza.
Después de comer opíparamente de la torta negra, Rosh se quedó dormido y tuvo deseos de raptar a la muñeca y no devolverla más, pasara lo que pasase. Luego obligaría a su prima a darle vida y otorgarle dones y virtudes especiales.
Rosh sabía que este era el mejor momento para el conjuro –esa era la noche negra de luna nueva. Tomó a la muñeca y a través de unos tortuosos túneles secretos que solo los duendes conocían, se dirigió a la casa donde habitaba su prima, escondida en lo de otra familia galesa, apenas a 100 yardas de distancia.
Cuando lo vio venir, la prima se ocultó muy bien, convirtiéndose en cucaracha, pero Rosh la reconoció, le echó sal gruesa y una maldición para que se quedara así para siempre, si no lo ayudaba a realizar la metamorfosis del títere en mujer-duende. También le prometió mil favores si lo ayudaba en esta ocasión. Accedió refunfuñando entonces la evasiva parienta y durante los siete días siguientes al de la luna nueva realizó los conjuros y gestos secretos, encerrada a solas con la marioneta, en un cuarto en tinieblas por el incienso y las gruesas cortinas negras. Le dio un nombre oculto de elfa, que no sabemos, le fabricó una historia-memoria detallada, una edad de 40 lustros y le trasmitió conocimientos, inteligencia, clarividencia y don de lenguas. Luego la roció con ungüentos brujos para imbuirle un gran amor y la muñeca convertida en elfo, despertó tranquilamente, ya que todo le resultaba familiar. Finalmente, se la presentó a Rosh y ambos se unieron como pareja comprometida.
Lo que nadie sospechaba era que la ex muñeca nació con otro don, que le dio Brighid, la diosa celta de la metalurgia, la poesía y la terapia, que siempre sabe todo lo que sucede con cada uno de los miembros de su estirpe. Por esa gracia, la recién nacida, de 200 años de edad, se convertía en adivinadora y sacerdotisa del amor y la poesía y podía presentarse ante la gente del pueblo sin temores, porque el miedo es lo contrario al amor y ella se había enamorado de Rosh, que también la adoraba entrañablemente. Por esa pasión, Rosh se hizo osado y valiente.
Ambos sabían que en esas regiones del mundo también existía gente pequeña y acordaron buscarlos, les enseñarían virtudes y dones únicos, para que ganaran confianza y animada actitud.
Rosh le llevó a Don John, una torta negra galesa que cocinó su nueva esposa y otros regalos –entre ellos un par de anteojos– para compensarlo por todas las porciones de torta negra que le había estado robando durante tantos años y se amigaron.
Hicieron una gran fiesta donde duendes y grandes fueron invitados y la alegría cundió por todo el valle y la montaña.
Se asociaron y empezaron a fabricar tortas, tartas y postres, haciéndolos muy famosos más allá de la región. En las bodas, los novios se llevan una torta negra con frutas que dura hasta un año entero, siempre en buen estado y deliciosa… tal vez tienen un conjuro especial que las hace durar tanto.
Tú también puedes ir a visitarlos, probar las tortas y no te asombres si ves algún duende por ahí, por las dudas guardá muy bien tus cosas, no sea que te hagan alguna diablura…

lunes, 23 de enero de 2012

El amador

Amaba demasiado.
No podía evitarlo.
Tomó las palabras de ella antes de la despedida y las atesoró en el grabador de voz del celular.
--"Te quiero mucho" la hizo repetir varias veces y esas palabras también quedaron encerradas en el corazón del amador. Ahora podría escuchar la voz de ella y su expresión de cariño, además de ver su rostro sonriente en la pequeña pantalla del aparato, que además, tenía una sencilla cámara fotográfica.

Esta vez, algo no salió bien.
El micro-teléfono volvió a su lugar con un chasquido quebrado y el amador mostró una mueca de frustración en su rostro generalmente alegre. En seguida sonó el aparato, testigo de tantos sentimientos encontrados. ¿Sería ella que tal vez se había arrepentido y lo llamaba para mejorar la situación? No, ahora era una de sus hijas, que quería informarle de un trámite que estaba manejando para su padre.
Receptiva, la joven notó algo extraño en la voz del progenitor y le preguntó qué le pasaba.
El padre le contestó: "—Nada hija, que un agujero negro se comió a la luna, al sol y a todas las estrellas de un solo bocado y no sé qué hacer"
--Andá papá, decime qué te pasa...no me jorobes!
--Bueno, son cosas del bandoneón, habrá que usar los violines --contestó el viejo, para evitar explicaciones incómodas.
--Dale, papá decime que pasa de una vez! me preocupás...!!!
--Qué querés que te diga: Estoy enamorado! y hay cosas que hieren... Es el precio que hay que pagar por amar.
--Estoy segura que vos lo podés solucionar, no te preocupes --dijo la chica.
--Claro, hija, con amor de verdad, siempre todo se puede arreglar!

martes, 17 de enero de 2012

tu mirada azul

suave

tu mirada azul

sonríe

dulce

me besas

tierna

me amas

me asombro

te adoro

te extraño

tanto

tanto

lunes, 16 de enero de 2012

L A D R Ó N

Sabía que algo raro estaba pasando, pero tenía que descubrir cómo. No resultaba fácil escudriñar las maniobras de ese tipo. Aparentaba ser un personaje demasiado bueno para ser cierto. Algún defecto debía tener. Nadie más podía haber efectuado el robo, tan limpia e impunemente.
Mantuve la vigilancia las 24 hs, anotando los movimientos y contactos que realizaba el sujeto y durante los primeros diez días, no pudimos ver nada fuera de lo normal.
Había sido el único sospechoso, pero sin pruebas, nada podía hacerse. Entonces, decidimos montar un operativo “cebo”: ponerle una carnada realmente tentadora, a ver si picaba.
Todos sabían que coleccionaba licores importados.
La primera semana no pasó nada y cuando ya promediaba la segunda, notamos que miraba las cajas atentamente, luego hubo cierta vacilación y finalmente, el tipo mordió el anzuelo, se llevó una botella de la mercadería para su casa. Dejó pasar unos pocos días y se llevó la caja con las cinco botellas restantes. Todo fue filmado y en presencia de dos testigos de la guardia. La cámara estaba tan bien camuflada, que no descubrió que estaba siendo filmado.
Esto no constituía una prueba legal definitoria del delito anterior, pero para la dirección y los detectives, significaba que el hombre era ladrón… Luego corrió el resto de las cajas a un rincón, para que siguieran ocultas y nadie solicitó esa mercadería durante las semanas siguientes. Esto era algo fuera de lo común, porque generalmente, toda la mercadería de colección o la de primera calidad, era solicitada el mismo día, inmediatamente después que la dejaban en el depósito. Revisó el inventario y no estaban registradas. Esa era parte de nuestra táctica para atraparlo.
Allí solamente permanecían guardadas las materias primas y algunos productos de segunda calidad, artículos de limpieza y repuestos de las camionetas que hacían el reparto.
Mantuvimos el operativo vigente otra semana y siguieron filmando los movimientos del ladrón, que para entonces, ya se había llevado todas las cajas. Al seguirlo, después de que salía del trabajo, vimos que se contactó con un conocido distribuidor de tercera categoría y que pareció muy contento al estrechar su mano. Una hora después, le estaba entregando las cajas y quedó filmado cuando recibía el dinero por la delictuosa transacción.
Inmediatamente fue apresado y confesó también el robo anterior, por lo cual recibió ocho años de prisión. Por buen comportamiento, salió apenas a los tres años.
Pasó casi un lustro. Yo me jubilé y fui a vivir a una quinta con árboles frutales en una población cercana. Poco a poco fui conociendo a los vecinos de las quintas de al lado y algunos del pueblo. A veces, iba a la carnicería a comprar carne para el asado de los domingos y esa vez, mientras esperaba que me atendieran --había otras personas esperando también. Veía la nuca de uno de ellos que estaba delante de mí y me pareció familiar. Cuando volteó la cabeza lo vi. Era aquel bandido de antaño, que recogió el paquete con su pedido, pagó y se fue. Creí que no me vio. Subió a un auto sedán negro flamante, de cuatro puertas y partió acelerando ruidosamente, sin necesidad. El carnicero hizo un gesto de enfado y uno de los parroquianos también pareció molesto. Intercambiaron un par de frases que me dejaron ver que el tipo seguía siendo desagradable.
Cuando quedé solo con el carnicero, me atreví a preguntarle quién era el sujeto del auto negro y me respondió que era el nuevo alcalde del pueblo, que echó a todo el personal de la oficina y trajo a su propio séquito. Ese fin de semana estaban de gran festejo y había algunas exquisiteces que el empleado había olvidado pedirle al carnicero, así que, malhumoradamente, tuvo que acudir a la carnicería, el propio alcalde en persona.
Esa semana hice algunas averiguaciones a través del gerente del banco, el comisario y mi abogado que también movieron sus propias listas de contactos y me pude enterar de una realidad apabullante. Resulta que el nuevo alcalde había llegado al pueblo hacía algo más de cuatro años y consiguió un simple puesto de empleado en la alcaldía. Al principio parecía muy amable, se granjeó la simpatía del alcalde anterior y poco a poco, arteramente, perpetró una muy hábil y despiadada estratagema para desprestigiarlo. Al mismo tiempo, fue conquistando asociados para negocios no del todo lícitos, facilitando trámites no permitidos, comprando votos a cambio de favores y prebendas y dentro de la oficina fue serruchando sillas, hasta quedarse prácticamente a cargo de todos los trámites más importantes. Logró que las personas más influyentes sospecharan de ese buen señor que todavía confiaba ciegamente en él, así que, además, le hizo firmar inadvertidamente, papeles que evidenciaban varios desfalcos de grandes proporciones y tuviera que renunciar para evitar el escándalo. Ciertos ex empleados descubrieron algunas de esas traicioneras maniobras, pero por falta de pruebas no pudieron denunciarlo y también tuvieron que irse.
Yo me propuse sacar a la luz todas sus tramoyas y develar su funesto pasado y aquí estoy ahora, entre rejas y mi abogado dice que no hay escapatoria, cuando el alcalde me reconoció en la carnicería, en seguida se puso a trabajar para liquidarme, pero ese es material para otra historia.

domingo, 8 de enero de 2012

Todo se sabe!

Todo se sabe, tarde o temprano, todo sale a la luz. Hasta los hechos más inverosímiles suelen surgir sin previo aviso, de la grupa del camello más arisco, me comentaba mi amigo Abdul, cuyo padre había sido camellero en Istambul y de estas cosas sabía demasiado.
Mi tío Federico (Fred, para los íntimos) no estaba en su casa de Barrancas de Belgrano, casi nunca, se pasaba viajando, así que para poderlo ver, tenía que llamar antes. Una vez nos quedamos en encontrar en un boliche de Caballito a la hora de la merienda. Yo llegué a las cinco en punto y mi tío ya había ordenado dos docenas de media lunas de grasa, del tipo de las de antes, sin azúcar pintada por encima, como hacen ahora, bien crocantes y calientes, las mandó tostar, estaban riquísimas. El café con leche era el anexo obligado. Entre media luna y media luna, conversábamos animadamente. Yo le preguntaba sobre sus últimas andanzas, había sabido de su paso por Montreal y París.
Mi tío era elegante y parecía menor que lo que decía su documento, llevaba sombrero al tono o contrastando, haciendo juego con el traje o el saco que usara en ese momento. También usaba pañuelo en el saco. No hablaba demasiado, aunque era alegre, le gustaba cantar y siempre tenía alguna historia nueva y asombrosa que contar. Yo creo que me encontraba con él, más por esas historias que por otro motivo.
El tío se levantó de pronto a mirar un cuadro que había en el café y me dijo que el hombre que aparecía fumando una gran pipa y pantalones de montar, había sido uno de sus profesores de vida más notables. Se llamó Chilimbergo y si bien era una persona, también era un dinosaurio que podía cambiar de forma a su antojo. También, podía en cuestión de minutos aprenderse un idioma entero, sin dificultad alguna. En cierta ocasión, por una apuesta perdida, tuvo que ir al tibet a escalar el Himalaya y en el viaje de avión, diccionario en mano, aprendió a hablar varias de los dialectos sino-tibetanos de la región, para poder comunicarse directamente con los guías lugareños, a pesar de que alguno de ellos, seguramente hablaba inglés o francés.
De lo que me contaba mi tío, nada me extrañaba ya.
Entonces, siguió diciendo: Una mañana helada de enero, en plena rue St Catherine, de Montreal, Canadá –muy temprano, ya habían limpiado de nieve las calles-- Chilimbergo, que allá se llamaba Chillimberg y mi tío, iban caminando, cuando una ardilla se fue a meter en el bolsillo de su gabán, en medio de chillidos estridentes y risas contagiosas. Esta ardilla no era una ardilla común, era un hijo natural de Chillimberg, que también adoptaba formas estrafalarias para aparecérsele a su padre y pedirle dinero. Era un avezado jugador de poker y siempre ganaba, claro que así como la ganaba, inmediatamente la gastaba y a veces necesitaba quien le financiara alguna apuesta importante. Esta partida tendría lugar esa misma noche en el Hilton y no se la podía perder. Chillimberg le hizo un cheque por un millón de dólares canadienses y le puso siete días de plazo de devolución con un interés de tan solo el 10% semanal.
Stevie desapareció en el bosque con el cheque flameando entre sus poderosos dientes de roedor y ese día no volvimos a saber de él --contaba el tío-- mientras ordenaba otra docena de croissants, es decir, media lunas de grasa, a un mozo pachorriento y asombrado, por la forma poco usual de hablar y gesticular de mi tío Fred.
Tomamos un taxi, con Chillimberg, hacia su casa –seguía diciendo el tío-- y nos sorprendió una tormenta de nieve, así que, el chofer aminoró la marcha, para no resbalar por el traicionero hielo negro. Apenas llegamos, el mayordomo, avisó que el almuerzo estaría listo a las 13 hs y que estaba invitado a comer el alcalde de la ciudad.
A Chillimberg no le hacía mucha gracia la compañía del alcalde, pero no podía decirle que no viniera y tampoco a mi tío le gustaba el alcalde, pero tenía que solidarizarse. Así que idearon una manera de verse libres de él lo antes posible.
Jugaron una partida de poker y a la una en punto, apareció Jean Drapeau, abogado y político que sirvió como alcalde de Montreal desde 1954 hasta 1957 y desde 1960 a 1986. Tomaron unos tragos y fueron a la mesa. El pato a la naranja y demás estuvieron deliciosos y entonces jugaron la estratagema, recibieron una llamada, ambos al unísono (ya orquestada de antemano) y ambos hicieron como que hablaban con alguien de Argentina que les avisaba que estaba muriendo un personaje muy importante y que pedía por ellos antes de fallecer.
Así que, ambos se despidieron del alcalde Monsieur Drapeau y salieron corriendo en dirección al aeropuerto. Partieron en cambio a París, donde ambos tenían una cita con otro dino, al que el vulgo llama aún, Nessie, el monstruo del lago, Loch Nesse, en Escocia.
Al llegar al Place Hotel de Paris, donde la secretaria de Chilimbergo ya había reservado dos suites separadas, recibieron un mensaje de Stevie, la ardilla. El hijo de Chillimberg, ya le había depositado en su cuenta de París, el millón prestado y los cien mil dólares canadienses de intereses, aunque no habían transcurrido más que dos días, parece que le había ido espléndidamente en su partida de Poker en el Hilton de Montreal.
Más tarde se encontraron con Nessie y todos con sus enormes bigotes y grandes pipas, fueron a ver una presentación más del “Barbero de Sevilla” en el teatro de L’Odéon, esa noche de crudo invierno, luego irían al folies bergere y después decidirían cómo rematar la noche con algunas espléndidas dinosaurias francesas, famosas por sus dones y atractivos capaces de enamorar hasta al dinosaurio más picaflor del planeta.
Dónde empieza la fantasía y termina la realidad…?

martes, 3 de enero de 2012

VIAJAR EN TREN: ¡UNA ODISEA!


LOS TRENES DEL OESTE DEL GRAN BUENOS AIRES (NO LOS DEL FAR-WEST)
La gente que llega, sale por la puerta en tropel, como estampida de borregos, mientras el grupo que espera para entrar desea sentarse desesperadamente, pretende entrar por la misma puerta al mismo tiempo en sentido contrario, (entorpeciendo la salida del primer grupo), para conseguir asiento. Hay trompadas, insultos y discusiones, todo para conseguir el tan ansiado asiento. Algunos trepan por las ventanas aventajando a los demás y ocupan un sitio a como dé lugar, sin respeto, ni cordura, ni consideración, ni preferencia para embarazadas, mujeres con niños chicos, ni tullidos, ni ancianos.
En otros tiempos, las madres, hacían levantar a sus niños, para darle el asiento a los mayores. Eso se perdió totalmente. A nadie le importan los demás.
Los viajes son largos y los vagones van repletos, la gente viaja muy apretada y ocurren pungas, manoseos, pisoteos, además del cansancio que cada uno lleva, ya sea antes o después del trabajo.
Hay mil incomodidades y atropellos, que también se suman, contribuyendo a este caos absurdo. Los trenes se despachan a destiempo, sin orden lógico alguno y obligan a la gente a estar muy alerta porque sucede a menudo que se suspende la salida de la formación ocupada, avisando que ese tren no sale y allá van otra vez todos corriendo a otro anden a ocupar otro tren, siempre con los mismos forcejeos e insultos y peligro de la integridad física y moral. Parece una película de horror filmada por un loco.
Nadie hace algo para revertir la brutal situación, es como tierra de nadie, no hay policía, ni organismo de seguridad que se atreva a poner orden y la barbarie toma cuenta de los trenes impunemente.

lunes, 2 de enero de 2012

De la soledad a la alegría!

Suave mi niña cantas,
sutil tu guitarra guía,
hondos sentimientos afloran,
afloran en noches vacías,
vacías de luna y estrellas,
vacías de compañía.

Entonas mi niña suave,
suave tu canto y tu risa.
Animas mi vida sola,
sola de noches sombrías.

Pueblas con tus amores,
cada rincón de mi vida,
vida que brilla de soles,
cantando con tu alegría.

Ven a mis brazos paloma,
deja la guitarra en la silla.
Dame mas de tus amores
sabia hechicera mía.

Aún la noche no acaba,
quedan bríos todavía,
tus besos me vuelven loco,
me excitas con tus caricias.

Mi abrazo ciñe tu talle
siento tu boca en la mía
todo parece un sueño,,,
sueño, verdad o vigilia?

Cierro los ojos muy fuerte
para que la quimera siga,
que no huya por un descuido
de Castelar a La Boca
volando en tan solo un guiño.